Nos quitaron todo...

Nos quitaron todo… hasta el miedo

 
En la obscena exhibición que nos brindaron el pasado 1 de octubre, con motivo de la fusión de las empresas públicas, quedo muy clara una cuestión: Que la parte cultural en la nueva empresa resultante se ve relegada a un segundo plano, y estamos siendo muy optimistas.
El principal objetivo y razón de ser de la nueva Madrid Destino, no es otro que los negocios.
Ya no engañan a nadie, hasta daba pena presenciar la intervención de Natalio Grueso. ¿Cómo va  a trabajar con el sosiego necesario este señor?, en estas condiciones es imposible abarcar  la programación de todos los espacios municipales con las garantías y la calidad mínimas exigibles.
Esta es la realidad, la triste y gris realidad de nuestros espacios culturales.
Todos los directores resultantes de la nueva empresa fueron incapaces, ese día de presentaciones, de comunicarnos nada. 

Nadie habló de las líneas estratégicas a seguir, nadie marcó el rumbo, nadie consiguió sacarnos de la incertidumbre en la que naufragamos hace tiempo, ninguno de ellos habló de soluciones, ni de proyectos concretos, ni de las herramientas con las que podríamos contar, ni de cuál va a ser la política de empresa…
Nadie aportó nada a este océano de dudas y confusión, así que con estos directores la nave en la que viajamos está condenada a  estrellarse.
Hagamos algo, denunciemos esta situación, hagamos que todo el mundo sepa en manos de quien están los recursos de todos los madrileños: en manos de caciques incapaces .
Alguien tiene que parar esta barbarie, todavía tienen por delante un año y medio, y es tiempo más que suficiente para que hagan mucho más daño todavía, aunque parezca imposible.
No permitamos que este daño sea irreversible por no pararlo a tiempo.