sábado, 28 de septiembre de 2013

"Quienquiera que condene el teatro es un enemigo de su país."

"Quienquiera que condene el teatro es un enemigo de su país." Voltaire
Así escribía Voltaire años antes de que nosotros naciéramos, parafraseándole podríamos decir hoy en día que quien quiera cerrar un teatro es un enemigo para su país. 
La cultura en Madrid está tan de capa caída que podríamos ir andando desde Hortaleza hasta Aluche pisando la capa de la cultura, sin mancharse los zapatos… 
Ahora, una vez más, le toca el turno al Teatro Fernán Gómez. Alguien se ha levantado con el pie izquierdo y no teniendo más que hacer ha decidido finiquitar el Teatro Fernán Gómez, ¿Por qué? La razón esgrimida es que parece ser que el público que asiste y los espectáculos que allí se representan no son todo lo modernos que nuestros nuevos pensadores culturales quieren. 
Suponemos que la gente que ha estado yendo al Fernán Gómez no merecen ningún teatro que atienda sus gustos. Y es que vivimos una época en la que o te adaptas a los gustos de los programadores culturales o estás perdido, porque no van a ser ellos los que se adapten al público.
Quieren cerrar, privatizar o lo que en última instancia decidan, el Teatro Fernán Gómez. 
Lo peor es que todavia no tienen decidido que quieren hacer. Suele pasar cuando te dedicas a jugar a hacer cultura, que llega un momento en que te cansas del juego y ya no sabes qué hacer.
Cerrar un teatro o privatizarlo es la solución más fácil, (aparte de negocio para algunos), lo que realmente engrandece a un buen gestor cultural es hacerlo funcionar. Todos los trabajadores que a lo largo de los años hemos trabajado en el Teatro Fernán Gómez creemos que el "Centro Cultural de la Villa " puede y debe volver a funcionar como lo ha venido demostrando a lo largo de sus más de treinta y cinco años de historia. Gestionar no solamente es dirigir y administrar, en este caso, un teatro público, es además hacerlo bien y parece que eso, aquí, no se dá desde hace bastante tiempo. 
Hay tanto aprendiz de brujo ocupando puestos para lo que son un auténtico desperdicio... 
Decir que no saben qué hacer con él es una muestra más de la ineptitud que nos obliga a pedir a la Sra. Ana Botella que se desprenda de los desperdicios, haciendo así un gran favor a los trabajadores, a ella misma y a todos los ciudadanos de Madrid.

sábado, 21 de septiembre de 2013

La mejor empresa del mundo

Recordamos cuando se creó MACSA (en octubre de 2004) que el fin perseguido era mejorar la eficacia y la gestión de la programación de los teatros dependientes del Ayuntamiento de Madrid, lo que suponía cambiar el modelo de gestión del Teatro Español y del Centro Cultural de la Villa de Madrid.
También tenemos presente en la mente las palabras que escuchamos a Sr. Chapman en los primeros contactos que mantuvo con el Comité de Empresa de MACSA. Todavía puedemos oír como MACSA se iba a convertir en la mejor empresa del mundo de la cultura, lógicamente para lógralo debíamos colaborar todos. Por parte del Comité la colaboración consistía en acelerar todo lo posible la firma de un convenio que supusiera plegarnos a las necesidades de la empresa, ignorando todo aquello que los trabajadores habían conseguido hasta entonces (vamos, empezar con una hoja en blanco en palabras del Sr. Chapman).
Se nos decía que era imposible hacer teatro con las condiciones laborales que veníamos disfrutando hasta ahora. Ignorando todos los años en los que con esas mismas condiciones laborales se había estado realizando todo tipo de programación en ambos centros sin el más mínimo problema.
Eso no importaba. Tenían grandes planes para nosotros y la Cultura Madrileña. 
Un principio de la informática dice que si tienes un ordenador y funciona, no es conveniente que andes variando el software porque te puedes quedar con un ordenador inservible. ¿A qué viene esto?... nos da la sensación de que han tocado y siguen haciéndolo, el software de los teatros, nos da la sensación de que se están quedando con teatros inservibles.
Lo cierto es que de llegar a ser la mejor empresa del mundo Cultural, estamos pasando a ser la empresa que ya no solo es cultural si no de gestión turística y de todo lo que le echen. Nos da la sensación de que a alguien se le ha ido la pinza, nos da la sensación de que todo esto les viene grande, nos da la sensación de que les falta visión, de que no tienen proyecto ni para la gestión de los espacios ni proyecto cultural.
Tiempo después seguimos sin convenio, hemos pasado por un ERE, estamos dividiendo en el tiempo y espacio la programación cultural por falta de recursos tanto económicos como técnicos. Faltan técnicos en los centros (aquí solo una reflexión, en la Opera de Viena Trabajan 300 Técnicos y mantienen, además, un elenco de 600 personas) esos técnicos desaparecidos en los colegios, si, esos técnicos son los que faltan.
Mientras tanto, mientras nos dicen que existen un sinfín de problemas presupuestarios, nos enteramos del coste de la las tres presentaciones de Madrid para conseguir los Juegos Olímpicos: unos 7.500 millones de euros.

Sin duda vamos camino de convertirnos en la mejor empresa cultural del mundo...